Esta semana hemos tenido un desahucio en Madrid capital que ha terminado de una forma inesperada. Se trataba de un ático en pleno centro cuyo inquilino había dejado de abonar hacía mas de un año y con una deuda en concepto de rentas que superaba los 20.000 euros. Nada hacía sospechar que se tratara de un desahucio complejo, pues era solo una persona la que vivía en su interior y de un perfil que no invitaba a pensar que intentara poner tantas trampas e impedimentos, se trataba de un señor de más de 70 años con altos problemas de movilidad además… pero al llegar al inmueble no estaba sólo, más de diez personas se encontraban para sorpresa de todos los allí presentes, en el interior de la casa manifestando que vivían allí. Así las cosas, y con una orden de desahucio hacia una persona en concreto exclusivamente la comisión judicial se vio en la obligación de pedir identificación a todos y cada uno de ellos, comprobando los documentos de identidad uno por uno mientras intentaban dificultar la tarea todo lo posible pasó más de una hora en la que policía, propietario, Abogada y Procuradora esperamos pacientemente. Una vez identificados y tomada nota de los nombres de cada uno de ellos, la comisión judicial pidió mostraran un justo título que los legitimara y demostrara vivir allí. Rodeos, excusas y líos para marear la historia y hacer perder el tiempo fue lo único que conseguimos, y fue precisamente esa evidencia tan palpable de que se trataba de un mero teatro con conocidos del inquilino condenado para conseguir parar el desalojo lo que llevó a la comisión judicial a tomar la decisión de sacar a todos por la fuerza. La pareja de policía presente durante el mismo no tuvo más remedio que pedir refuerzos y entre varias consiguieron terminar sacando por la fuerza tanto al inquilino condenado como al resto de personas que pretendían frustrar la celebración del desahucio.
Finalmente todos terminaron fuera y el propietario recuperó la posesión del inmueble después de más de 3 horas de espera y lucha.